lunes, 26 de abril de 2010

IMAGINARIO DE QUITUMBE



Tumbe tenía dos hijos: Quitumbe, valeroso, sereno y sagáz; y Otoya, ambicioso. Para no luchar entre ellos, Quitumbe salió de la ciudad y partió hacia el norte, donde fundó el pueblo de Tumbe, en honor a su padre y se estableció tranquilamente con los indígenas del lugar.



Su hermano Otoya, en cambio, llevó a Sumba a la perdición de los placeres de la carne, cosa que no fue del agrado de los dioses. Ellos decidieron que debían ser castigados por sus pecados y los gigantes resurgieron para darles escarmiento.



Al oír Quitumbe que su hermano había caído preso de la ira de los gigantes, decidió internarse en las serranías y fundó la ciudad de Quito. Ahí armó un gran ejército y se fue a rescatar a su familia en Sumba, venciendo y exterminando a los gigantes. Quitumbe, viéndose vencedor, decidió seguir avanzando hacia el sur y conquistar más tierras para su nuevo Imperio, el cual se extendió desde Quito hasta el valle del Rímac, donde falleció.La leyenda de Quitumbe el supuesto fundador de Tumbes, señala que estando en esta ciudad, fue noticiado de que unos gigantes habían desembarcado en santa Elena su patria y que habían creado terror en toda la comarca. La leyenda de gigantes llegados por la vía del mar, ha sido muy frecuente en los pueblos de la costa. Es así como, algunos mitos aseguran que el templo de Pachacamac fue también construido por hombres de elevada estatura y que lo mismo lo fueron los fundadores del reino Chimú.Los gigantes habrían llegado por el mar en balsas de juncos. Eran de doble estatura que los naturales, de grandes ojos y largas trenzas, no tenían barba y algunos estaban desnudos, mientras otros estaban cubiertos con pieles. Llegaron sin mujeres.

En Sumba había quedado Llira esposa de Quitumbe que al poco tiempo dio a 1uz un niño muy bello al cual se le puso por nombre Guayanay que significa Golondrina. Quitumbe olvidando a su familia se entregó a la sed de nuevas conquistas y organizó una expedición por mar que llegó hasta el Rímac.

Mientras tanto en Sumba, el disipado Otoya sólo se había entregado a la vida de placeres y por eso cuando aparecieron en santa Elena unos disformes y crueles gigantes no les pudo hacer frente, siendo vencido y apresado, muriendo poco después. Pero los gigantes cometieron el pecado de la sodomía, por cuyo motivo fueron destruidos por fuego caído del cielo.

Quitumbe cuando supo que los gigantes habían invadido Sumba, fue presa de gran temor y huyó de Tumbes con gran cantidad de personas, metiéndose mar adentro en numerosas canoas hasta llegar a la isla Puná. Al cabo de cierto tiempo Quitumbe se interno en las serranías y fundó la ciudad de Quito. Pero al poco tiempo dejo esta ciudad y bajó a la costa de Tumbes y de Piura, siguiendo hasta el Rimac en donde edificó un templo a Pachacamac, lugar en donde murió.

La leyenda cuenta una serie de aventuras del niño Guayanay, que tuvo que huir de su madre que quería sacrificarlo a los dioses y refugiase en una isla hasta los 22 años en que se trasladó a tierra firme en donde un curaca lo apresó. Guayanay era un hermoso doncel, de alto porte, tez blanca de complexión atlética y cabellos crespos.
 


RUTA DE LOS MONOLITOS

La tuta de los monolitos es la ruta de Quito hacia Tumbes, cada monolito forma la columna vertebral energética de Quito.
sta ciudad andina se ha forjado a lo largo de un eje que se extiende como columna vertebral, de norte a sur. Este eje puede percibirse como un canal energético que conecta al Océano Atlántico con el Pacífico. Hay varias evidencias históricas de que las culturas indígenas conocían esta ruta, ya que algunos de sus sitios más sagrados están alineados con el canal energético; por ejemplo: las pirámides de Cochasquí, las lagunas de Mojanda y los montes Imbabura y Atacaso. Sitios que están a pocos kilómetros de Quito.






En Quito hay 11 monolitos de piedra y placas de bronce con diseños andinos, cada uno con su propia simbología, que funcionan a manera de las agujas que se utilizan en esta terapia ancentral. Se encuentran, de norte a sur, en los parques de El Batán, La Carolina, La Circasiana, Matovelle, en la Plaza Grande, El Panecillo (Shungoloma, como le llamaban los antiguos), en el parque de la Magdalena, Santa Anita 2, Chillogallo, Itchimbía y en el parque Lineal.




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