miércoles, 12 de mayo de 2010

MARÍA DE LOS ÁNGELES MARTÍNEZ

María de los Ángeles Martínez ha provocado sorpresa con una poesía desafiante publicada en los libros Un lapso de impiedad y Subcielo, así como en obras colectivas con el grupo “¡Salud a la esponja!”. Hoy es editora de una revista de perfumería, diseño y cultura. “¡Hay del joven que no haga temblar al mundo!”, cita a Platón con una sonrisa. “Si todos los poemas hablan del amor, yo iba a hablar del odio, como catarsis. Si hasta ahora se había dicho: me muero, si te vas, yo iba a decir muérete si me voy. Todo por no ser la víctima”.
Su persona desafía al cliché del intelectual de izquierda: “Me encanta el lujo, la buena comida, las comodidades y quiero dinero para viajar”.
Es editora de la revista cuencana Belleza y Glamour, que se distribuye a escala nacional a un público cosmopolita enraizado en este país.




De Sísifo



Con las llagas
y fisuras
en las manos, con ellas,
empujo la piedra hasta la cima.
La cargo a veces
hasta quebrarme la espalda.
Otras resbala
y golpea mis dientes,
las recojo, armo y me fumo mi sonrisa de nuevo.
Continúo así todo el día y parte de la noche
(¡No entiendo la diferencia!)
Llego, la piedra rueda.
Entonces descanso.
Froto las hojas medicinales
en mis manos,
me trago las pastillas recetadas,
las sin receta.
Amar es cargar la piedra que volverá a caer
vivir es cargar la piedra que volverá a caer
soñar es cargar la piedra que volverá a caer
y entusiasmarse es cargar la piedra que volverá a caer

Ella rodará siempre,
yo la subiría siempre
pero mi tiempo es finito...
aunque el castigo sea eterno



Continuo

Bendito sea mi miedo,
que no empuña armas,
que no compra pastillas,
que no salta al vacío porque tiene vértigo,
que es torpe para amarrar una cuerda,
y se duerme agotado todas estas noches
junto a mí y mis mejillas mojadas.

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